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Acosta, Zapata, Miranda, Mora, Lajones
I. INTRODUCCIÓN
El aumento de problemas de salud y la difícil ob-
tención de medicamentos comerciales, han lleva-
do reiteradamente a la búsqueda de la medicina
tradicional a través del uso y manejo de plantas.
La utilización de éstas como agentes terapéuticos
en la atención primaria de la salud, se ha man-
tenido a lo largo del tiempo y puede armarse
que aproximadamente el 60-80% de la población
mundial todavía depende en gran parte de los
tratamientos tradicionales que implican el uso de
extractos de plantas o de sus principios activos
(1,2).
En el año 1977, la Organización Mundial de la
Salud (OMS) decidió dar énfasis a la medicina
tradicional a través de la elaboración de una re-
solución en la cual se destaca su importancia. La
OMS dio a conocer que el 71% de los pacientes
utilizan tanto métodos occidentales de salud
como la medicina tradicional, lo que permitió es-
tablecer que es necesaria su preservación y con-
servación (3,4).
La Constitución de la República del Ecuador
del 2008, en su art. 387 recalca la necesidad de
promover la generación y producción de conoci-
miento, fomentar la investigación cientíca, tec-
nológica, y ancestral, para así ayudar a la práctica
del Buen Vivir, con el n de transmitir y enrique-
cer los saberes que han sido desvalorizados en el
transcurso del tiempo. En Ecuador, el 80% de la
población depende de la medicina ancestral para
solventar sus necesidades básicas como alimen-
tación, vivienda y/o medicina (3,5).
Los productos a base de plantas medicinales se
consumen sobretodo en zonas urbanas margina-
les y de situación socioeconómica baja. No obs-
tante, el comercio y uso de especies medicinales
también está presente en las ciudades andinas
y en los mercados urbanos del Ecuador, donde
suelen existir aproximadamente 200 plantas me-
dicinales diferentes, empleadas en el tratamiento
de más de 70 patologías (3,5).
En la región costa de Ecuador, especícamente
en la provincia de Esmeraldas, son pocos los es-
tudios etnobotánicos, debido a que regularmente
no son tomados en cuenta para estudios de esta
índole (3,6). En los últimos años, los habitantes
de la isla de Muisne han estado siendo desaloja-
dos debido a los riesgos sísmicos, a raíz del terre-
moto de abril de 2016 (3,7).
En base a este contexto, es fundamental promo-
ver estudios etnobotánicos y farmacognósticos
de especies vegetales con la nalidad de rescatar
la sabiduría ancestral de la zona, con la nalidad
de ofrecer una alternativa segura para la atención
primaria de salud(3,8).
Ocimum micranthum y Eupatorium odoratum
son especies nativas presentes tradicionalmente
en la Isla de Muisne, las cuales no presentan estu-
dios previos en Ecuador. Sin embargo, se han en-
contrado diversas investigaciones enfocadas en
el análisis y en la identicación de propiedades
de aceites esenciales de ambas especies (9), estu-
dios realizados en el noreste de Brasil y Nigeria,
respectivamente.
Ocimum micranthum pertenece a la familia La-
miaceae. Se localiza en las Antillas, Florida, Mé-
xico, Isla Galápagos, Centro y Sudamérica y se
encuentra en lugares rocosos, abiertos y areno-
sos, crece de forma silvestre en climas húmedos
y cálidos (3,10).
Eupatorium odoratum pertenece a la familia
Asteraceae, es arbusto muy ramoso que crece
de forma abundante en África, Asia, Australia,
América Central y del Sur, también está distri-
buido en zonas tropicales y subtropicales del
mundo (3,11).
El objetivo de esta investigación fue, en primer
lugar, realizar el estudio etnobotánico de Oci-
mum micranthum y Eupatorium odoratum de
la isla de Muisne con la nalidad de revitalizar
los usos tradicionales de estas especies. Por otro
lado, se realizó el análisis farmacognóstico de
ambas especies a través de ensayos botánicos y
físicoquímicos con el propósito de determinar la
calidad del material vegetal y conocer los meta-
bolitos presentes en ellas. Con esta investigación
se pretendió potenciar el conocimiento sobre la
ora del Ecuador que pueda servir, a largo plazo,
para el desarrollo de nuevos agentes toterapéu-