PERFILES
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1. INTRODUCCION
En el territorio Achuar, entre las Provincias de Morona Santiago y Pas-
taza en Ecuador, no existe electricidad y para la iluminación se hace un
grande consumo de pilas, que representan un tipo de desecho extre-
madamente contaminante para el medio ambiente. Por esta razón en el
marco del proyecto sobre “Gestión de desechos sólidos y reducción de
la contaminación en el territorio Achuar” nanciado por la Unión Euro-
pea, se está desarrollando en colaboración con la Universidad de Floren-
cia (Italia) al Consiglio per la Ricerca e la Sperimentazione in Agricoltura
(CRA), un proyecto piloto sobre la bioelectricidad a través la instalación
de “pilas o baterías bactéricas” (Microbial Fuel Cell). Es la primera vez
en el Latino América y en la Amazonia que se implementan sistemas de
bioelectricidad, que representa una valida alternativa para la producción
de la electricidad en zonas rurales aisladas. La experimentación será de-
sarrollada en dos fases: 1) en la primera (marzo2012-octubre2012) se
realizará la instalación de sistemas MFC dife-
rentes para medir la eciencia de los diferentes
electrodos y la máxima energía producida por las
comunidades bactéricas presentes en el suelo uti-
lizado; 2) en la segunda fase (octubre 2012-Enero
2013) el mejor sistema será aplicado en unas co-
munidades Achuar.
2. OBJETIVOS
El objetivo nal es doble: 1) comparar diferentes
sistemas MFC y 2) aplicar el mejor en las comuni-
dades Achuar que los necesiten para que puedan
encender un foco echo por LEDs. La compara-
ción es necesaria pues cada suelo en el mundo es
diferente del otro, con diferentes organismos y
composición. Así que hay que averiguar el suelo,
los materiales (electrodos) y los desechos orgáni-
cos que sean más ecientes para la producción de
energía eléctrica. El objetivo de esta primera fase
de cada experimentación es de comparar la e-
ciencia de varios tipos de sistemas MFC midien-
do la tensión que se desarrolla durante 2 meses de
actividad. Este tiempo es necesario a la comuni-
dad microbiana para seleccionar las bacterias que
pueden vivir y crecer en un ambiente anaeróbi-
co como el del ánodo, “comiéndose” el material
orgánico disponible. Entre ellos los organismos
electrógenos se desarrollarán y aumentarán la
producción eléctrica hasta que sea detectable con
un multímetro. El material del electrodo es muy
importante, sobre todo el del ánodo que está en el
fondo del balde, en condiciones anaeróbicas. En
esas condiciones las bacterias electrógenas crecen
y se desarrollan sobre la supercie del electrodo,
así que el material que lo compone debe de ser un
buen conductor de corriente pero también debe
permitir que los microorganismos crezcan.
3. MATERIALES Y METODOS
Para la construcción de los sistemas MFCs se ne-
cesitan materiales muy baratos y que se puedan
encontrar en cualquier lugar. Para construir un
sistema MFC se necesita un balde de plástico, un
cable eléctrico, un LED blanco y dos electrodos:
1) se le pone un electrodo en el fondo del balde
(ánodo) y se conecta con el LED con un cable;
2) se pone 1kg de suelo mezclado con 100g de
carbón (opcional); 3) se echan 1,5 kg de desechos
orgánicos solidos mezclados con 1,5 kg de suelo;
4) se le pone otro electrodo encima y se conecta
al LED con otro cable; 5) se llena de agua hasta
el electrodo superior pero dejando que siga en
contacto con el aire y el oxígeno. El material or-
gánico de la matriz (suelo + desechos) constituirá
los nutrientes de las bacterias electrógenas que lo
transforman en energía, electrones y protones.
Los electrones darán la electricidad a través del
circuito mientras los protones reaccionaran con
el oxígeno a dar moléculas de agua (Fig.1).
Tal vez no todo el mundo sabe que las bacterias son los organismos
más comunes en nuestro planeta y pueden crecer en cualquier tipo de
origen natural o antropogénico, incluso en condiciones extremas. Pero
mucho menos conocido es la capacidad de producir electricidad. De
hecho, recientemente han sido descubiertas las bacterias “electrógenas”
que son capaces de producir energía eléctrica a través de la transferencia
directa de electrones desde una matriz orgánica a cualquier receptor de
electrones en un ambiente anaerobio, preferiblemente. La capacidad de
estas bacterias en particular han permitido recientemente el desarrollo
de “pilas” biológicas llamadas Microbial Fuel Cells (MFC) (Logan et
al., 2008). Los primeros organismos identicados con estas capacida-
des pertenecían al género Geobacter, bacterias capaces de crecer en un
ambiente estrictamente anaerobio (océano, los sedimentos del lago etc.)
(Bond et al., 2002). Pero tras el descubrimiento de que las propiedades
electrógenas no son exclusivas de unas pocas especies de bacterias, pero
son mucho más compartidas de lo que se pensaba (Rabeay et al., 2007)
y muchos de ellos viven en el suelo (Mocali et al., 2012). Para producir
energía eléctrica las bacterias electrógenas necesitan material orgánico
para oxidar, pero diferentes bacterias usan diferentes sustratos orgáni-
cos. Esto aumenta la dicultad de identicar los mejores organismos
para utilizar cualquier residuo orgánico como fuente de energía, pues en
cada suelo hay bacterias que se especializan en ciertos tipos de sustancias
orgánicas. Así que es difícil identicar los organismos más ecientes
por el uso de substratos especícos, pero se puede usar directamente
el suelo como matriz pues que contiene sea las bacterias que material
orgánico necesario para la producción de electricidad. Esta tecnología
es aún experimental y lejos de ser competitiva en el mercado como una
alternativa a los combustibles fósiles y otras fuentes de energía pero
puede ser muy útil en realidades particulares como zonas del mundo
que no tienen alguna forma de electricidad o energía. No es casual que
muchos países están invirtiendo importantes recursos en esta área y el
progreso en pocos años han permitido que los sistemas MFC desde una
mera curiosidad de laboratorio se han convertido en reales plantas piloto
a escala industrial: por ejemplo, en Australia, el Gobierno de Queens-
land Fondo de Innovación Sostenible de la Energía ha nanciado la
construcción de la primera planta piloto de MFC para el tratamiento
de aguas residuales (y www.uq.edu.au/news/index.html?article=11943
www.microbialfuelcell.org). Por otra parte Lebônê Solutions, Inc. (www.
lebone.org) en el 2008 ha recibido una nanciación de 200.000 dólares
del Banco Mundial para un proyecto en Tanzania con el n de llevar
la electricidad en las zonas residenciales donde no llega la red eléctrica
(más de 70% de la población en África, ¡es gratis!) y es posible iluminar
un pueblo entero con un sistema MFC echo con desechos de biomasa
vegetal como “combustible”.