37 DESARROLLO DEL FRUTO EN CULTIVARES DE TOMATE DE ÁRBOL (Solanum betaceum Cav.) Marcial, Marnez, León, Suárez, Viera. peso, diámetro polar y ecuatorial del fruto incrementaron connuamente hasta los 170 DDP; sin embargo, en el culvar Gigante morado se observó un mayor incremento de peso de fruto a parr de los 160 DDP; esta tendencia de crecimiento del fruto es similar a la reportada por Pra y Reid (19). García Muñoz (20) reportó que el diámetro polar del fruto de tomate de árbol se incrementó hasta los 70 DDP, mientras que el diámetro ecuatorial hasta los 105 DDP (20); tendencia también observada en nuestro estudio. Meza y Méndez (15) reportaron que el fruto del tomate de árbol alcanzó un diámetro polar en los rangos de 8 a 10 cm y un diámetro ecuatorial entre 4 a 6 cm, con un peso promedio de 130 g; los valores obtenidos en la invesgación son similares a los mencionados anteriormente, puesto que el culvar Gigante morado tuvo un diámetro polar de 7.9 cm, un diámetro ecuatorial de 6.2 cm y un peso de 147.5 g a los 170 DDP; mientras que el culvar Gigante anaranjado presentó valores promedios de 7.5 cm, 6 cm y 118.8 g, respecvamente. El fruto de tomate de árbol manene una ganancia en peso constante hasta los 175 DDP; luego de este periodo empieza a decrecer debido a que es un fruto no climatérico y sufre deterioro una vez separado de la planta (20). De acuerdo a los resultados de nuestro estudio, se recomienda cosechar la fruta alrededor de ese empo (170 a 175 DDP), que se considera el punto de cosecha ópmo para su comercialización; este empo de cosecha concuerda con lo mencionado por la CCB (12). Además, Márquez et al. (21) mencionan que el fruto de tomate de árbol pierde del 8% al 10% de peso, debido a la transpiración cuando ha alcanzado la madurez de consumo. La formación del fruto puede durar entre 147 a 168 DDP (22) o incluso hasta 196 DDP (12); el periodo de desarrollo del fruto (170 DDP) que se obtuvo en esta invesgación, se encuentra dentro de los rangos mencionados; sin embargo, se debe considerar que el crecimiento del fruto también dependerá del culvar, condiciones climácas y manejo agronómico (riego y ferlización) del culvo. Márquez et al. (21) reportaron que el fruto del tomate de árbol en su madurez comercial alcanza una firmeza de 28 N; los resultados de este estudio fueron ligeramente superiores para ambos culvares (29-30 N), de hecho, esta evolución de la firmeza, tanto externa como interna, se atribuye a los cambios en la pared celular de la pulpa, en parcular, la degradación por hidrólisis del componente pécco, que se transforma en otros compuestos como celulosa y hemicelulosa (23). García Muñoz (20) mencionó que el fruto va incrementando el contenido de sólidos solubles conforme se desarrolla, en su estudio reportó que pasó de 4 °Brix a los 35 DDP, a 8 °Brix a los 140 DDP, y después subió hasta 12 °Brix (175 DDP). En nuestro estudio el valor fue ligeramente menor a los 140 y 170 DDP (11 °Brix), posiblemente debido a que permaneció 5 días menos en el árbol y bajo condiciones ambientales diferentes; en esta invesgación, el fruto fue cosechado a los 170 DDP debido a que había cambiado completamente de color y era apto para ser cosechado bajos las condiciones climácas de Valle Hermoso. Se ha reportado que disntos genopos y culvares de tomate de árbol presentan un contenido de sólidos solubles que puede variar entre 7 a 13 °Brix, con un valor promedio alrededor de 10 °Brix (9,24,25). Los resultados obtenidos en este estudio se encuentran dentro del rango mencionado, debido a que los frutos maduros a los 170 DDP, de ambos culvares, presentaron valores alrededor de 11 °Brix. Viera et al. (1) reportaron que los frutos de plantas segregantes de tomate de árbol provenientes de un cruzamiento con el culvar Gigante anaranjado, tuvieron un valor de 11.02 °Brix, valor que ene similitud con el obtenido por ese culvar en esta invesgación. Brito et al. (26) mencionaron que el fruto del culvar Gigante morado ene un valor de 10.70 °Brix, el cual está cercano al obtenido en la invesgación. El culvar Gigante anaranjado presentó un epicarpio 100% anaranjado cuando está maduro (1), lo que ocurrió en esta invesgación a los 170 DDP. Ávila (27) mencionó que el cambio de color externo e interno que sufre el fruto de tomate de árbol en su proceso de maduración, está asociado a la presencia de clorofila; mientras el fruto está creciendo, la clorofila se va degradando, lo que provoca la síntesis de nuevos pigmentos que pueden ser anaranjado, rojo o morado (carotenoides o antocianinas). Viera et al. (1) reportaron que un grupo de segregantes presentaron una coloración morada